Sabemos uno de los factores más
importantes a controlar cuando se tiene una ERC es la alimentación; sin
embargo, este es uno de los aspectos más difíciles para los pacientes. Por ello
te presentamos acá algunos consejos para que puedas aplicar a tu vida diaria y
no solo logres seguir las indicaciones
del equipo de salud sino que disfrutes la hora de la comida.
1. ¿Hambre?
Piensa por un momento que
significa “hambre física” para ti. Empieza por pensar qué experimentas físicamente:
¿dolor o ardor en el estómago?, ¿dolor de cabeza?, ¿cansancio?
Pueden haber niveles de hambre,
desde “me desmayo”, hambre moderada, o no, no tengo hambre del todo.
Mantén una regla: comer solo si tienes hambre y detenerte al
estar satisfecho.
2. ¿Satisfecho?
Ahora piensa en qué se siente cuando
estás satisfecho, NO LLENO. Satisfecho es la sensación de haber comido lo
SUFICIENTE mientras que Lleno significa haber comido hasta el nivel del
malestar, del dolor de estómago, de la incomodidad.
3. ¿Cuál es la intención de la comida?
La intención de toda comida debe
ser el sentirse bien!!! No es ir a comer y luego sentirte mal y culpable. Si
comes con la intención de estar bien, no abuses, ya que sabes que esto te va a
hacer sentir mal y además le hace daño a tus riñones y tu salud en general.
Antes de comer analiza primero,
¿qué nivel de hambre siento?, ¿Cuánto puedo comer para estar SATISFECHO, no
lleno? ¿Un poco, o podría servirme un poco más? Come con la intención de comer
lo suficiente para ese nivel de satisfacción.
4. Come despacio
Si comes rápido sin atención es
lógico que vayas a comer de más sin si quiera darte cuenta hasta que tu
estómago proteste con dolor. Para poder estar consiente de cuándo estas
satisfecho es importante que te desaceleres. El cerebro necesita 20 minutos
para darse cuenta de que está satisfecho, por lo que si comes rápido no tendrá
tiempo de hacerlo.
Una buena estrategia es dividir tu
plato siempre en dos. Cualquier comida puedes dividirla mentalmente en dos, si
tienes pescado, arroz y ensalada, separa con el tenedor la mitad de cada cosa.
Come la mitad y cuando hayas terminado esta mitad, detente, baja los
cubiertos, y haz un escaneo de tus sensaciones físicas. Pregúntate: ¿Cuánto más
necesito comer? ¿Todo el resto, o solo un poco de lo que queda en el plato?
5. Come aplicando cada sentido
La clave para estar presente en
la comida es disfrutarla con todos tus sentidos. Si realmente lo disfrutas es
lógico que quedes satisfecho con menos, y no te excedas. Empieza por pensar que
en cada bocado que comes debes aplicar tus 5 sentidos:
Vista: mira bien
lo que se va a comer. ¿Te parece realmente atractivo, o hay otras cosas que
parecen mejor?
Tacto: si es algo
que puedes tocar, como una manzana, hazlo, siente su textura. ¿Te agrada?
Olfato: disfruta el
aroma de la comida también. Con solo unos minutos empezaras a quedar
satisfecho, y es menos probable que abuses.
Gusto / Oído: toma un bocado pequeño y saborea primero sin morder. Analiza lo
que estás saboreando ¿Era tan rico como esperabas? ¿Cómo
es su sabor? Muerde y come despacio. Al morder pon atención también al sonido
que hace en tu boca, y lo que te dice de lo que está comiendo: ¿Es crujiente,
esponjoso o blando?
Si tomas el tiempo de aplicar los
5 sentidos, es probable que con la mitad estés feliz y satisfecho.
Y recuerda, “cuando comas, sólo come”