lunes, 17 de marzo de 2014

COMO APRENDER A RELAJARNOS III

“Cuando no podemos encontrar tranquilidad dentro de nosotros mismos, es inútil buscarla
 en otra parte”
Francois de La Rochefoucauld







En las notas anteriores te enseñamos a respirar adecuadamente y a relajar los músculos, ahora es momento de integrar esos ejercicios con uno nuevo para poner en paz tu mente.




Para ello, lee el siguiente ejercicio que te proponemos e intenta hacerlo mientras lo vas leyendo, luego ya podrás hacerlo completo, con los ojos cerrados, en el espacio más adecuado y sin tener que leer. Para ayudarte puedes poner música suave y tranquila y ubicarte en un sitio donde nadie te interrumpa.

“Respira profundo y lentamente inhalando por la nariz y exhalando por la boca... siente que el aire que entra a tu cuerpo trae paz y tranquilidad y que el aire que se libera se lleva todas las tensiones y preocupaciones que tienes… imagina que con cada respiración entra un aire azul, limpio, puro y relajante que va disolviendo la tensión.... y con cada espiración sale un aire rojo llevándose toda la tensión... entra un aire azul, relajante... sale un aire rojo con él que se va toda la tensión de tu cuerpo... entra un aire azul, relajante... sale un aire rojo… y ya sientes la relajación y la calma.....

Poco a poco, ve dejando tu mente en blanco, dejar ir todas tus preocupaciones, concéntrate en la música y en los sonidos del ambiente: escucha a la gente que pasa, los ruidos que hay, pero recuerda siempre respirar tranquilamente, inhalando tranquilidad y exhalando tensión.

Relaja y toma conciencia de tus pies..., afloja tus piernas..., tus muslos y caderas..., afloja tu abdomen..., tu columna vertebral..., relaja tu pecho..., descuelga tus hombros..., relaja tus brazos, antebrazos, muñecas y manos..., relaja tu mandíbula y lengua..., relaja toda tu cabeza… continua respirando lentamente, inhalando tranquilidad y exhalando la tensión… te sientes en calma y relajado…



Te vas alejando de  los ruidos y exigencias cotidianas… imagina que vas andando por un camino que lleva a una playa... siente las piedras bajo tus pies… observa las palmeras que hay en el camino… escucha el ruido lejano de las olas del mar al que te vas acercando lentamente…

Hace un día cálido, el sol te calienta y te sientes muy bien… una suave brisa en tu frente te refresca... y te vas acercando aún más al mar… sientes como los pies se hunden levemente en la arena caliente… es una sensación agradable, muy agradable.....

Desde allí puedes mirar al horizonte, ves el azul del mar… el azul del cielo... y tienes la sensación de estar rodeado de azul… un azul que te relaja y te da tranquilidad.
Percibes los olores del mar, de la arena… escuchas el sonido de las olas y del viento al pasar entre las hojas de unos árboles cercanos... respiras lenta y profundamente inhalando tranquilidad y exhalando todas las tensiones y preocupaciones…

Te acuestas sobre la arena caliente y te relajas aún más, los granos de arena comunican su calor a tu espalda y disuelven la tensión... el cielo azul y el mar azul te relajan... el sonido del viento entre las hojas te relaja... y el sonido de las olas también.....

Sientes la relajación y la calma en todo tu cuerpo y en todo tu ser... te permites permanecer en este estado unos momentos… invadido de tranquilidad… respira lentamente inhalando tranquilidad y exhalando los tensiones que quedan, imagina que con cada respiración entra un aire azul, limpio, puro y relajante y con cada espiración sale un aire rojo llevándose toda la tensión... entra un aire azul, relajante... sale un aire rojo
Poco a poco vas regresando a este sitio… permanece con los ojos cerrados, respirando lentamente… escucha los sonidos que hay tu alrededor… siente el aroma… y la temperatura… concéntrate en tus pies y muévalos suavemente..., haz lo mismo tus piernas..., tus muslos y caderas..., tu abdomen..., tu columna vertebral..., tu pecho..., tus hombros..., tus brazos, antebrazos, muñecas y manos..., tu mandíbula y lengua..., y toda tu cabeza… continua respirando lentamente y toma conciencia del estado de relajación en que te encuentras…

Abre tus ojos muy despacio y recuerda que puedes volver a esa playa interior a relajarte cuando lo desees”.
Esperamos que puedas poner en tu paz tu interior con este sencillo ejercicio que puedes realizar en cualquier momento y que te ayudara a vivir plenamente con tu enfermedad renal.