martes, 14 de enero de 2014

MANEJANDO TUS PENSAMIENTOS (I) (II)




Manejando tus pensamientos (II)

Nuestras creencias e ideas forman nuestro lenguaje interno. Estamos siempre pensando y dialogando con nosotros mismos, de ahí la importancia de los mismos en nuestra forma de vivir.
Sin embargo, no todo lo que pensamos es positivo para nosotros y muchas veces tenemos pensamientos negativos que no reflejan adecuadamente la realidad!
Hay varias formas de pensamientos disfuncionales que nos producen sentimientos negativos y por tanto afectan nuestra calidad de vida y algunas de ellas son recurrentes en personas con enfermedades crónicas. Veamos algunos ejemplos: “Soy un enfermo”, “No sirvo para nada”, “Todo lo hago mal”, “No puedo comer nada”, “Soy un desastre”, “Todo me sale mal”, “Todos los problemas de mi familia son por mi culpa”.
Si es frecuente que tengas este tipo de pensamientos, es probable que tu dialogo interno se caracterice por la presencia de ideas o pensamientos irracionales que son dogmáticos o absolutos, se expresan en forma de obligación, necesidad imperiosa o exigencia, y se manifiesta en pensamientos dicotómicos (todo o nada), magnificaciones, generalizaciones, descalificaciones de lo positivo, etiquetaciones entre otros.
Pero a pesar de lo que la gente comúnmente cree, modificar un pensamiento no es tan sencillo y si requiere de un poco de esfuerzo. Por eso acá te damos algunas pautas para que puedas lograrlo exitosamente:
-          Lo primero que debes hacer es aprender a identificar los pensamientos disfuncionales presentes en tu dialogo interno. Para ello es importante que cada vez que suceda algún evento que te genere un sentimiento negativo (como tristeza, rabia, enfado o ansiedad) intentes “escuchar” lo que estás pensando ya que muchas veces no somos conscientes de ellos y aparecen de forma automática. Con el tiempo te será más fácil hacerlo e iras identificando pensamientos repetitivos y recurrentes como los que mencionamos anteriormente. 

   Una vez hayas identificado pensamientos que se repiten y que te causan malestar lo que debes hacer es evaluarlos basándote en la evidencia para comprobar que tan ciertos son. Por ejemplo, si con frecuencias piensas que haces todo mal vale la pena demostrarte que cosas haces bien para comprobar si es cierto que todo lo haces mal.
-          Finalmente lo que debes hacer es debatir esos pensamientos automáticos cada vez que aparezcan con base en la evidencia que encontraste e irlos reemplazando por pensamientos más realistas. Volviendo al caso anterior, si con frecuencia piensas que haces todo mal pero al buscar evidencia encontraste que hay cosas que haces bien, cada vez que aparezca este pensamiento “debate” con el diciéndote las razones que encontraste para demostrar que no es cierto y piensa de una forma que refleje la realidad como por ejemplo “no hago todo mal, hay cosas como ____________________ que hago muy bien”


De esta forma podrás aprender a controlar tus pensamientos disminuyendo así la frecuencia con que aparecen emociones negativas y al mismo tiempo podrás disfrutas mucho más de tu vida y vivir bien con la ERC. 


Manejando tus pensamientos (I)

Quizás no lo has notado pero tus pensamientos determinan la forma en que te sientes y actúas… Normalmente tendemos a darle más importancia a las situaciones como tal pero ¿te has preguntado porque ante un mismo evento todos reaccionamos de forma diferente? Esto se debe a que la causa de las reacciones que tenemos es nuestra forma de pensar, es decir, la manera que cada uno tiene de interpretar el ambiente y las circunstancias, y las creencias que hemos desarrollado sobre nosotros mismos, los otros y el mundo y la vida en general.

En todas las personas suelen aparecer algunos patrones de pensamiento desadaptativos que causan sufrimiento y estos se pueden ver intensificados en aquellas personas que se enfrentan a una enfermedad crónica, como la ERC. Las ideas irracionales básicas se conocen como exigencias absolutistas y se caracterizan por los “debería”: “debería hacer todo bien”, “no debería enfermarme”, “los otros deberían tratarme siempre bien”, “el mundo debería ser justo” etc.

Pero estos pensamientos hacen que aparezcan sentimientos de frustración, rabia, tristeza entre otros pues no todo sucede como tú esperas. Por ello, hoy te invitamos a que evalúes los “deberías” en función de los cuales estas esperando que funcione el mundo y a que te liberes un rato de ellos aceptando lo que la vida te pone en el camino y viviendo al 100% cada experiencia.